Método Suzuki

El entrenamiento desarrollado por el director japonés Tadashi Suzuki junto a su compañía SCOT a lo largo de sus 50 años de existencia propone volver a situar al actor como centro del hecho teatral.

 

Despertar la energía animal dormida en el cuerpo cotidiano a través del control y desarrollo de los mecanismos invisibles (respiración, energía y centro de gravedad) como vía para expandir la presencia escénica física y vocal, el compromiso emocional y la creatividad. Un método para establecer un diálogo entre actores y espectadores más allá de fronteras e idiomas.

La gramática de los pies: A partir de una reinterpretación de los códigos teatrales clásicos japonesas, Noh y Kabuki, a la que se suman influencias del Kathakali, Teatro Balinés, así como del ballet occidental y la danza moderna, Suzuki propone toda una gama de ejercicios basados en la forma de nuestros pies en el suelo y las distintas calidades de ese contacto.

“La forma en que se utilizan los íes en escena determina la actuación. Lo que hacen los movimientos de los brazos y de las manos es apoyar el sentimiento que surge de la postura del cuerpo, predeterminada a su vez por los pies. A menudo la posición de los pies determina incluso la fuerza y los matices de la voz. Un actor puede prescindir de sus brazos y manos, pero es inconcebible que actúe sin pies”

Tadashi Suzuki

 

“La enorme exigencia física, vocal y emocional de este entrenamiento abre varias líneas de desarrollo en el actor. Destacaría por una parte la conciencia de la necesidad de un trabajo constante del actor sobre su propio instrumento como vía para evolucionar como artista. Por otro lado, la responsabilidad de crear, absorber y proyectar la energía necesaria para crear en el escenario un espacio más allá de los límites de la existencia cotidiana”

Andrés Acevedo. Actor, pedagogo.

 

“Después de conocer estas técnicas durante mi formación en la SITI Company de New York, decidí organizar un taller en Madrid para seguir investigando y profundizando en ellas. Mi primer impulso fue aplicar estas técnicas y estos procesos de creación en mis producciones teatrales, crear un puente entre dos maneras de entender y hacer teatro. En diciembre de 2011, en una sala de ensayo del barrio madrileño de Urgel y en compañía de un nutrido grupo de actores, nace el TeatroLab, un laboratorio en el que investigamos,  entrenamos, e intentamos hacer un teatro alejado de los procesos convencionales de trabajo y en el que cada uno de sus integrantes es una pieza clave en su creación. Después de tres años de duro trabajo, de muchas equivocaciones y algún acierto, hemos conseguido crear un grupo de trabajo que comparte un lenguaje común, en el que la colaboración y la excelencia artística son nuestra máxima.”

Gabriel Olivares, director de TeatroLAB.